Al elegir una almohada, es importante considerar tu posición de sueño preferida. Si dormís boca arriba, es mejor elegir una almohada de firmeza media. Si dormís de lado, una almohada más firme y gruesa puede proporcionar un mejor soporte para el cuello y los hombros. Si dormís boca abajo, una almohada más suave y delgada es preferible para evitar el estrés en tu cuello.

Se recomienda reemplazar las almohadas cada 1-2 años. Sin embargo, esto puede variar según el tipo de almohada y la frecuencia de uso. Si tu almohada muestra signos de desgaste o te causa dolor en el cuello o la espalda al despertar, es posible que debas reemplazarla antes de este plazo.